Saturday, May 18, 2013

Mañana de un sábado de mayo.


 

Diez y media de la mañana de un espectacular sábado de mayo. Terminamos de disfrutar un apetitoso desayuno confeccionado por Mocho. Sol radiante, fresca briza que mueve las cortinas y crea una música paradisiaca en los múltiples sonajeros que rodean la terraza. Una pareja de sinsontes laboriosos realizan incesantes vuelos para alimentar a sus crías, que esperan refugiadas en su nido. Los pavos reales majestuosos despliegan su cola en ese ritual para atraer las hembras. En el sistema de sonido a muy bajo volumen desde Santo Domingo de Guzmán se escucha Radio Raíces. Es una estampa y un momento para la meditación y el disfrute. Estoy extasiado. Arrobado, casi quedo le digo a Mocho: - Solo nos faltan que ahora lleguen los testigos de Jehová. Y en ese preciso momento suena el intercomunicador y en la pantalla del circuito cerrado y aparecen las figuras de dos damas Atalaya en mano. ¡OREMOS!         

1 comment:

  1. me alegro por ti, me gustaria conocer mas de tus dias, parecen interesantes. saludos

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